CAPÍTULO
42: Oposición
Nuestro enorme círculo rodeaba toda la
plaza, en la cual se encontraba una pequeña tarima, igual que las que había
visto en mis pesadillas; esta vez para una sola persona. Los miembros de la
Inquisición se encontraban a un lado, a excepción del padre de Amber, el cual estaba
frente a Ayerai.
Nadie pareció percatarse de nuestra
presencia, lo que indicaba que el hechizo funcionaba perfectamente. Solo
tendríamos que esperar a que comenzaran con el sacrificio, y una vez
vulnerables podríamos atacarles sin problemas. Y hacerlo rápido sería la única
forma de salvar a Ayerai.
-Sabes que somos gente de palabra –habló
el padre de Amber-. Aquí tienes a tu novio.
Cameron salió de entre la gente,
arrastrando a Eric con él. Desde donde estaba podía observar varias heridas en
su rostro y en el brazo. Di un paso adelante instintivamente, apoderándose de
mí la necesidad de salir corriendo hacia él, pero Neile estiró de mi brazo.
Retrocedí un paso, conteniéndome.
-En cuanto al resto del trato, ya sabes
cómo continua.
Apartaron a Eric lejos del centro de la
plaza y él se quedó inmóvil, observando la escena. Cameron se acercó a Ayerai y
con forme le subía hacia la tarima las lágrimas se derramaron por mis mejillas.
Lo ató contra el pilar. Miré de reojo a Neile que lloraba en silencio. Ayerai
rodeó la plaza con la mirada discretamente, luego cerró los ojos.
Los brujos fueron colocándose alrededor de la tarima, formando
una especie de dibujo. Entonces Ryan musitó algo, y la hoguera
empezó a prender.
En ese momento, mientras el fuego iba
aumentando, empezaron a murmurar algo al unísono, que no entendí. Intenté
apartar la mirada del cuerpo que prendía en ese momento, mi cuerpo, aunque bajo
él estaba Ayerai, y miré a Neliel de reojo, esperando que indicara cuando
debíamos empezar a pronunciar el conjuro. Entonces noté una punzada de dolor,
igual que lo había notado en otras ocasiones cuando había sentido cómo una
bruja moría. Un calor horrible me empezó a abrasar la piel, aunque sabía que no
se lo trasmitiría a mis compañeras; mi piel no quemaba, tan solo lo notaba.
Neliel nos dio la señal para que
empezáramos a recitar el hechizo.
-Spirtus
liberterium potstatem ut invaudere –musité, una y otra vez, al unísono con
el resto de mis compañeros.
Bajo la piel la marca también me ardía.
Apenas podía soportar el ardor del fuego unido a la energía que debía utilizar
para llevar a cabo el hechizo. Me notaba exhausta, como si fuera a perder la
conciencia en cualquier momento, al igual que Ayerai, y aunque lo prefería
antes que aguantar aquel dolor sabía que no iba a pasar; lo soportaría hasta el
final. Continué concentrada en recitar el conjuro y traté de eliminar todo lo
demás de mi cabeza. Sin embargo las piernas me cesaron y caí al suelo de
rodillas, sin soltar a Dania y a Neile. Esta última estiró de nuevo de mi brazo
para que me levantara.
-Vamos, Samira, puedes hacerlo –susurró.
Me incorporé temblorosamente, intentando
aguantar el horroroso sufrimiento. Levanté la cabeza para observar lo que
pasaba. Todas aquellas personas, colocadas alrededor de la tarima en la que
Ayerai prendía, tiraron la cabeza hacia atrás, dominados por alguna fuerza. Uno
de ellos, el más anciano de todos, se elevó lentamente en el aire, a tan solo
unos pocos centímetros del suelo. Y de su pecho salió un destello anaranjado.
La pequeña luz se quedó flotando en el cielo, y el anciano se desplomó en tierra.
Junto a él, Ryan, sufrió el mismo efecto. El resto parecían absortos de lo que
pasaba a su alrededor y poco a poco uno a uno fueron cayendo. Cerré los ojos
para concentrarme más en el hechizo. Cada vez el cansancio era mayor.
Abrí los ojos de nuevo al notar que las
manos de mis dos compañeras se aflojaban. Frente a nosotros todos los miembros
de la Inquisición yacían en el suelo y las luces anaranjadas, que representaban
el poder de cada uno de ellos, flotaban en el cielo, sobre la plaza. Me dejé
caer de rodillas a tierra y apoyé las manos para no desplomarme contra el
suelo.
-Samira –habló Neile a mi lado-. ¿Estás bien?
Asentí levemente.
-Ves a ver cómo está Ayerai –susurré
respirando entrecortadamente.
Ella apagó el fuego con una gran ráfaga
de viento y se acercó a este, que cayó como un objeto pesado contra el suelo.
Entonces mi cuerpo desapareció y volvió a ser el de Ayerai de nuevo, todo
inundado por pronunciadas quemaduras.
Escuché unos pasos acercándose
lentamente a mí.
-¿Samira? –oí la voz asustada de Eric.
Levanté la vista para mirarle. Me observó
a mí y luego volvió la mirada al cuerpo que antes había sido idéntico al mío.
Repitió la acción varias veces. Se dejó caer a mi lado y me observó fijamente,
como si no se acabara de creer que estaba allí.
-Una poción –expliqué.
-Samira –susurró de nuevo. Me abrazó con
todas sus fuerzas, estrechándome contra él. Hundí mi rostro en su hombro-. Dios,
pensaba que te había perdido para siempre.
Me cogió el rostro con ambas manos y
presionó sus labios contra los míos, con fuerza y suavidad a la vez. Me besó
apasionadamente y enredé mis dedos en su pelo. Me separé de él ligeramente para
coger aire y apoyé mi frente sobre la suya.
-Siento lo que ha pasado.
-No ha sido tu culpa –dijo al tiempo que
negaba con la cabeza.
NYAAAAAH *______________* Se han salvado :D
ResponderEliminarAyy! Que bien! Parece que todo ha terminado!! Pero no he entendido... Amber se había opuesto a sacrificar a Samira?
ResponderEliminarJajajaj eso ha sido un lapsus... es que estuve cambiando varias cosas en cuanto a Amber y ha habido una frase por ahí que se me ha colado...
EliminarHe hecho una reseña de tu historia, espero que no te importe :) La puedes leer aquí: http://literofagos-cl611.blogspot.com.es/2012/08/hechizos-marta-p.html
ResponderEliminar42 capitulazos, madre mía! Soy Edu, el amigo editor de Kenny! Voy a leer todo desde el principio, porque la verdad es que tiene muy buena pinta. Se nota que tienes un gran talento e imaginación, y además, perseverancia, porque escribir 42 capítulos no es un acto impulsivo, sino de creatividad y oficio de novelista!
ResponderEliminarEl prólogo es genial, genera un suspense tremendo y muchas ganas de seguir leyendo, y eso es una gran virtud!
Bueno, me pongo a leerlo todo, este es mi blog por si quieres echarle un vistazo:
http://www.edureptil.com
Un abrazo!